Le juro que le creeré

Querida Rosa, vaya semana que llevamos de tribunales, es que no salimos de ellos. Los periódicos y los periodistas, recaban, de forma mayoritaria, su información en estos lugares. Mandan enviados especiales a ellos para que llenen el papel de nuestros diarios de noticias judiciales.

Recuerdo, cuando sólo teníamos una tele, que Jesús Hermida o Jose Antonio Plaza, entre muchos otros, nos informaban, como grandes comunicadores y enviados especiales a New York y el London de Londres, de esos grandes acontecimientos que, allende nuestras fronteras ocurrían y que nos causaban un poco, mucha o gran atención al ser actos diferentes a los que aquí tenían lugar, con una moral más recatada y unos hechos que en algunos casos nos asombraban.

Ahora, y aquí, entre los Barcenas, el, innombrable, papá de Jose y Ruth, que por fin ya hemos conocido la sentencia, aunque no la condena, y los tradicionales casos que ya no hace falta repetir porque los conocemos hasta la saciedad, eres, gurtel, etc. no nos asombramos de nada, eso si, estamos hasta el pirri, no ese que jugaba al fútbol con Amancio, no el Ortega, Gento y nuestro flamante entrenador nacional, no, sino el pirri del moño, ese en el que algunas mujeres se sujetan la peineta para bailar o ser fallera.

Mientras todo esto ocurre, el del plasma, sigue en silencio y yo, visto lo visto, necesito tranquilizarme y nada mejor para eso que saliendo del plasma diga lo que debe decir y donde lo debe decir. Necesito, querida Rosa, que diga aquello de que todo lo que está diciendo el Pedro J. a través de su periódico y después de sus cuatro horas con el de la cárcel, repito, necesito que diga que todo lo que están diciendo es mentira. Mi conciencia y la de muchos otros se quedará más tranquila y, además, le juro que le creeré.

Yo se, que todo ha sido mentira, que el de la cárcel escribía en esa cuenta “B” que esto para el Mariano, y zas, para Suiza a mi cuenta; esto para el Arenas, y zas, para Suiza a mi cuenta; esto para la Cospedal, y zas, para Suiza a mi cuenta y así sucesivamente, hasta otros muchos y al decir mi cuenta no me refiero a la mía, que no tengo, sino a la de quien repartía cajas de puros llenas de billetes y supongo que serían de quinientos euros, porque es allí donde deben de estar, porque por aquí no se ven.

Con los sanfermines a punto de finalizar y con la triste noticia de que un paisano nuestro ha sido cogido y corneado, reiteradamente, por uno de los astados y con el objetivo de poder ver, pronto, fuera del plasma a quien ahora está dentro, emprendo la recta final de este artículo indicándole  a nuestro “presi” que si eso ocurre, puede contar con mi voto las próximas elecciones generales, si es que él se presenta. Este es el primer voto y las elecciones se ganan voto a voto y paso a paso. Esté seguro que yo soy de los que cumple las promesas.