A vueltas con las fallas

Terminados los monólogos organizados por el Foro Social Burriana, en los que el público asistente a las convocatorias, casi todos ellos inconvencibles de votar a otro que no llevaran predestinado antes de entrar en la sala, pudo escuchar algunas propuestas, nada novedosas, sobre los planes para la próxima legislatura por parte de las diferentes fuerzas que competirán por el sillón de la alcaldía.
La tercera de las sesiones “monologizadas” trató, entre otros, el tema de las fallas, la Federación de Fallas, la Junta Local Fallera y el futuro, en general, de la fiesta y de las fiestas, sin embargo pocas precisiones se escucharon de los ponentes y mucho menos de quien a lo largo de los últimos dieciséis años de gobierno ha dirigido los designios de esta población, Burriana, de la cual sus fallas, son uno de los buques insignias de su promoción provincial.
Que las fallas son una avanzada de la ciudad hacia el exterior, es algo que después de tantos años, quienes han tenido responsabilidades de gobierno, aún no han aprendido; que las fallas son uno de los motores económicos de la ciudad es una cuestión indiscutible que a quien ocupa el sillón de la alcaldía da la sensación que se la trae floja; que una gran cantidad de la actividad comercial se vertebra alrededor de la dinámica fallera parece ser que a nuestro alcalde le importa menos que un comino, o así lo ha demostrado en los últimos años desde la máxima responsabilidad, desde la concejalía de cultura o desde ese sillón que durante doce años ocupó entre los padres de la patria.
Sin ser más fallero que nadie, sin ser fallero, que no lo soy, veo que las fallas requieren de un gran examen de conciencia, que los responsables, mal llamados políticos, se conciencien de la trascendencia de esta actividad, de su importancia social, turística, económica, comercial y laboral de un sector que no tiene que ver únicamente con la fiesta, sino que implica otros muchos sectores.
La miopía política, la dejadez, la incapacidad para la gestión y la falta de ilusión por un pueblo mejor, han hecho que quien nos gobierna no coja el toro por los cuernos e intente solucionar el tema. La cuestión fallera pasa por la organización de la fiesta, el reconocimiento del Gremio Provincial de artistas falleros, el mueso fallero, la Llar fallera y otros diversos aspectos que quien ha gobernado no ha tenido el más mínimo interés en buscar su solución.
Ahora llega el momento de la verdad, las nuevas elecciones y ello conlleva que se realicen nuevas o viejas propuestas, porque soluciones, hasta la fecha no se ha dado ninguna en el aspecto festivo. Escuchar las eternas propuestas, desempolvadas de viejos programas electorales, es lo que nos espera durante las próximas semanas y aquel refrán que dice que el movimiento se demuestra andando es lo que exigimos, y quien ostenta el poder en este campo, no se ha movido ni un ápice y ha dejado pudrir las soluciones hasta tener que cerrar, por insalubres, algunas instalaciones.

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