Me ha atacado un gallo

 Hola Rosa, acabo de llegar de dar de comer a mis gallinitas y, cuando me iba, me había hecho el propósito de, al regresar,  sentarme al ordenador y escribir algo dado que, como ya te dije en el anterior artículo, estoy un poco vago, no se si por la inutilidad de mis escritos o porque el pensar que hay tantos descerebrados que votan a ese señor del tupé que tienen de presidente allá al otro lado del charco, me encuentro totalmente desconcertado. Probablemente sea por ambas cosas.

Por cierto, tengo que decirte que al entrar allí me ha atacado el gallo blanco que aparece en la foto. Es muy arrogante y, para defenderme, he tenido que coger una rama y perseguirlo para que se alejara de mí y poder darles de comer con tranquilidad.

La verdad es que, a pesar del ataque del galliforme, ir allí un ratito me reconforta y me evade de ciertos problemas que existentes a mi alrededor y un poquito más allá, tanto sean a este lado como al otro del charco, sea este charco más pequeño o más grande porque, como tú sabes que eres una persona que estás al día, este mundo está lleno de iluminados y de imbéciles que acuden a la primera lucecita que se les enciende sin mirar que sea buena o mala y por eso algunos consiguen tantos votos.

Es como la proliferación de un mundo de descerebrados que aúpan al poder a gentes con motosierra, a personas que todo lo quieren convertir en negocio, que les importa un comino cualquier situación y que únicamente pretenden su enriquecimiento personal y el poder sin importarles que mueran miles de personas en Gaza, en Ucrania o en esas guerras enquistadas que tiene el mundo cuyo único interés son los metales especiales o las drogas entre otras cosas.

Pero junto a esos de la motosierra, las firmas en público para favorecer a sus amigos a costa de lo que sea y de quien sea encontramos a otros que mienten más que hablan, que alzan el brazo oliéndoles el sobaco a hornos de carne humana y otros que sin ningún reparo amedrantan a otros países creyéndose que el mundo es suyo, sin darse cuenta que ellos mismos va a terminar de la misma forma que aquellos a los que machacan, es decir siendo pasto de la nada y pasando a la historia, si es que llegan a ello, como carniceros del mundo.

Ves, hoy he hecho el propósito y lo he conseguido, he escrito esto que terminas de leer, tal vez inspirado por las gallinas, por el pollo que me ha atacado o, simplemente, porque me indigna lo que está pasando en el mundo. Espero que no sea a mí sólo.

En el centro de la imagen el gallo atacante



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