Por buen camino cultural en Burriana
Qué alegría, qué
alboroto, otro perrito piloto. Algo así podríamos decir después de ver, leer y
escuchar que en Burriana se vuelve a hablar de cultura; si, de cultura, ese
tema que en esta ciudad en los últimos años se había hablado muy poco por falta
de actividad. Oímos hablar de cultura y a unos , lo que se hace, les gusta; a
otros no tanto y otros dicen que hay ciertas cosas que no las entienden, pero
lo que se realiza nos hace tener opinión y eso es formar a los ciudadanos, el
objetivo final de la cultura.
Sin embargo, me
entristece leer las declaraciones de quienes han dirigido esta parcela durante
los anteriores veinte años que exigen, ahora, celeridad en algunos temas como
el Museu de la Taronja. ¿Se necesitará mayor desfachatez?
A lo largo de ambas
dos décadas finalizadas un día de junio de hace ahora un año, se nos han comido
las termitas la casa de Cultura; de este mismo centro no se han reparado ni los
pluviales que han estropeado las fachadas de tan prestigioso centro; si quieren
mirar comprueben las puertas de las ventanas de la biblioteca, de pena; no ha
existido una programación cultural fija, atractiva o interesante, se han dejado
de lado muchas parcelas de estas área y el único mérito positivo fue hacer el
Payá, que para colmo y como es el culpable de todos los males de este país, se
hizo con el plan “E” de Zapatero. Que casualidad.
Con una escuálida programación
cultural, ni siquiera en tiempos de bonanza, y un interés que brillaba por su
ausencia, ahora reclaman celeridad, resolución y todos aquellos controles que no tuvieron quienes hace un año pasaron a la oposición o
a ocupar un sillón en Valencia desde donde reclama lo mal que lo hacen nuestros
más inmediatos gobernantes. Yo le diría al concejal actual de cultura: “Ladran,
luego cabalgamos”.
Como a todos, hay cosas
que me gustan y otras que no tanto; a unas puedo ir y a otras no, pero lo
importante es que haya un cartel de actividades a los que los ciudadanos puedan
acudir porque quienes dicen que la cultura es cosa de minorías son aquellos que
eluden hacer cosas para que la opinión no exista, es aquello de crear o criar
borregos para que no creen o críen los problemas.
Lo que más de moda
está últimamente es lo del Museu de la Taronja, esa institución que nadie supo
conducir, promocionar ni gestionar. Los de aquí tiraban la culpa a los de allí;
los de allí pasaban de los de aquí y mientras tanto familiares de los responsables
políticos realizaban una dudosa gestión que, tal vez, habría que analizar y es
que ¡Dios mío!, encima no callan creyéndose que de esa forma ganan méritos ante
sus superiores. Vaya, vaya con la pareja.
Desde mi punto de
vista el movimiento se demuestra andando y en cultura Burriana está iniciando
un camino que, si no le ponen algún palo fuerte en las ruedas, tiene visos de
llegar a buen puerto y es que se están combinando las dos vertientes
principales de una sociedad, la gestión privada o movimientos ciudadanos y la
pública y ello nos conlleva a que, ambas dos, participen en una serie de
proyectos conjuntos que dinamizan una sociedad, la burrianense, adormecida
hasta la entrañas por la inacción de sus responsables municipales anteriores.
Vamos viendo
resultados, esperemos que continúen y que esta ciudad vuelva a tener los
movimientos culturales que toda sociedad culta requiere para seguir avanzando y
progresando y en ello la cultura tiene mucho que ver. Adelante.
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