joan llido

  Hola Rosa, acabo de llegar de dar de comer a mis gallinitas y, cuando me iba, me había hecho el propósito de, al regresar,   sentarme al ordenador y escribir algo dado que, como ya te dije en el anterior artículo, estoy un poco vago, no se si por la inutilidad de mis escritos o porque el pensar que hay tantos descerebrados que votan a ese señor del tupé que tienen de presidente allá al otro lado del charco, me encuentro totalmente desconcertado. Probablemente sea por ambas cosas. Por cierto, tengo que decirte que al entrar allí me ha atacado el gallo blanco que aparece en la foto. Es muy arrogante y, para defenderme, he tenido que coger una rama y perseguirlo para que se alejara de mí y poder darles de comer con tranquilidad. La verdad es que, a pesar del ataque del galliforme, ir allí un ratito me reconforta y me evade de ciertos problemas que existentes a mi alrededor y un poquito más allá, tanto sean a este lado como al otro del charco, sea este charco más pequeño o m...

  Lo sé Rosa, hace tiempo que no escribo y es que viendo el panorama local, provincial, autonómico y nacional pocas ganas tengo de hablar de nada debido al mucho postureo, las ganas de salir en la foto, las fotos que se hacen, los codazos que se dan y otras muchas cosas  y, aunque suelo escribir de lo local habitualmente, he visto que ocurre lo mismo que a otros niveles superiores. Me da la impresión que llevados por la influencia fallera a los ocupantes del poder de nuestro Magnífic, no por ello son magníficos, les hacen más fotos que a quienes nos representan dentro del mundo de las fallas, cuya construcción de sus monumentos, representa a la principal industria de nuestra ciudad. Me da en la nariz que, tal vez o presuntamente, sea por envidia pero, a lo mejor, es que les va mejor el aparentar, el querer demostrar quién es uno o, tal vez, sea aquello de que me dejo ver en las fotos para que me conozcan, dado que fuera del círculo político y, muy poco más, nadie los conoc...