¡Difícil me lo fiais amigo Sancho!
Dentro de poco, hará mucho tiempo que no he visto a mucha gente. En escasos días habrá pasado el tiempo sin que pueda repetir la vieja rutina para continuar haciendo la nueva rutina que no es otra que la de estar en casa. En tres semanas, supongo, pasará el tiempo en que más televisión he consumido, menos he pisado la calle, más he utilizado las redes, menos he pululado de un lado a otro y en, creo, tres semanas podré volver a la normalidad. Durante este tiempo que permanezco entre las paredes de mi piso, en compañía de mi mujer, más tiempo del que habíamos compartido nunca en la vida sin salir de casa, he pensado en muchas cosas, sobre todo las que, de momento, hemos perdido y de entre todas ellas destaca la de la libertad que, en definitiva, te priva de hacer el resto de las cosas que deseamos. Pues sí, si perdemos la libertad perdemos la esencia de nuestro ser para ser otra cosa que nos equipar, nuevamente, a todos y que nos lleva a tener ese denominador común que es el co...