Sin que sirva de precedente

Hace tiempo que no escribo apenas y es que, entre unas cosas y otras, a veces pienso que de poco sirve que apuntes los defectos que pueda tener nuestra sociedad, las carencias que tenga nuestra población o cualquier otra cosa que requiera un pequeño arreglo por parte de aquellos responsables a quienes confiamos nuestro voto y es que, a veces, pienso que lo que escribimos los plumíferos y lo que demandan muchos ciudadanos, a quienes elegimos, les importa bien poco.

También influyen otros aspectos, pero la verdad es que tengo mis dudas sobre que esta situación, detectar algunos posibles fallos, sea la forma más adecuada para aportar mi granito de arena a una mejora de todo aquello que nos rodea y que tiene su situación geográfica en nuestros espacios más inmediatos.

Ayer me encontré con Rosa, esa persona que me recuerda que no escribo desde hace veinte días, y le digo lo mismo y, ella, me insiste en que escriba alguna cosa y como, en este momento me falta ese ápice de ser crítico para conseguir progresar un poco, me enfrasco en escribir este texto que pretende salir al paso del, como dije en mi anterior artículo, mi apesebramiento al poder establecido.

Sin embargo, cuando esta tarde me he enterado que se han entregado los premios de la Fundación Cañada Blanch y que había una charla de un ponente, me he cabreado al ver, nuevamente una vez más y creo que no será la última, que los servicios de promoción de actividades de nuestro Magnífic, desde el área de cultura, educación o cualquier otra, fallan como una escopeta y no es por la gran trascendencia que puedan tener los premios, que para mí si que la tienen, sino porque hay un montón de actividades, organizadas en su mayoría por el Ayuntamiento o con su colaboración, que no tienen la repercusión previa que posibilite que a la convocatoria acudan, simplemente los que aparecen en la foto posterior. Una pena.

Lo anteriormente dicho pone de manifiesto, siempre desde mi óptica, el fallo del organigrama del equipo de gobierno que tiene escasez de medios en algo que debería ser primordial como pueda ser la información “pre-acto” a los ciudadanos para que puedan acudir al evento. Es un fallo en la concatenación de las sinergias que deberían reinar en el equipo de gobierno para difundir previamente su trabajo y su gestión y la soledad de un despacho que debería contar con un gabinete de Alcaldía correspondiente al nivel de esta ciudad en la que intentamos habitar que se llama Burriana y ello debería conseguirse a pesar del “Acord per Borriana” y de la oposición.

Nada, eso, Rosa ahí va esta pequeña reflexión, sin que sirva de precedente.


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