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Mostrando entradas de noviembre, 2015

No todo son malas noticias

Los atentados de París y, en definitiva la situación internacional, ha hecho que me despistara, un poco, para escribir un artículo esta semana y es que el mundo está muy revuelto y, a veces, pienso que no sé si vale la pena hablar de nada, total no solucionamos nada o mejor dicho la impotencia ante la resolución de los conflictos, las situaciones   o la ineficacia de quienes nos gobiernan me hacen dudar, incluso, de mis buenas intenciones. Menos mal que esta semana, distraído de la actualidad municipal como he estado, mi amigo el Doctor Carajillo, reconvertido en Jaimme Verdeguer para ese patio de vecinas que es Facebook, me ha reportado y refrescado esta memoria con una serie de pensamientos y razonamientos que me han alegrado muchas mañanas y algunas tardes. En fin, que el patio no está para tirar cohetes, aunque los cohetes, petardos y pepinos se los están endosando a quien, en nombre de un Dios, que ellos denominan de otra manera, andan sembrando el horror en tierra extraña

Sin influencias colaterales

Me da un no sé qué, que Burriana tiene una mano negra que no la deja avanzar y progresar hacia ese futuro esperanzador y siempre mejorable. Tengo la impresión que hay algo que le hace perder todos los trenes de la evolución y la hace anclarse en unas glorias pasadas escritas con amargura y complejo. Burriana ha perdido ya, muchos trenes, demasiados trenes que se han avistado desde el balcón sin que ninguno de ellos se haya detenido. Recuerdo que, allá por los años setenta y ochenta, se rumoreó la posibilidad de que se instalara en el término municipal de Burriana la factoría Ford que luego se ubicó en Almussafes; posteriormente se unió a las posibilidades de instalar un parque temático. Ambos trenes, y otros muchos, pasaron de largo. Se llegó tarde a la eclosión turística, con o sin “boom” inmobiliario; nos quedamos sin proyectos ni realizaciones, todo fue un camelo y ahora que estamos en la era de los festivales, me huelo que no lo vamos a saber rentabilizar. Alguien decía q

Pactos con escaso futuro y Posdata añadida

Cada vez que el partido nacionalista valenciano, de cada época, consigue afianzarse entre el electorado, siempre surge algo o alguien que consigue retroceder en el tiempo a la formación correspondiente hacia unos nuevos posicionamientos que lo devuelven a las trincheras. Al conceptuar nacionalismo, no considero una opción separatista sino una opción política propia que sea capaz de devolver la normalidad que nunca debió perder la lengua, las tradiciones y las costumbres de este pueblo que vive volcado al Mediterráneo y, al cual, no le faltan deseos y ansias de afrontar el futuro sustentando su pasado. Volvemos a aquel año del señor de 1995 en que el pueblo, a través de las urnas municipales, elige una gran cantidad de concejales nacionalistas a través de la candidatura de UPV y cuáles fueron las cabezas pensantes que en muchos municipios acordaron pactos, como muestra de revancha a los socialistas, con la derecha, llámese Partido Popular, adentrándose en los mismos objetivos que

Naturaleza impetuosa o incivismo humano

Me comentaba mi amigo plumilla del norte que, tras la lluvia, las aguas volvían a su cauce, discurrían por los límites de sus márgenes y se podían volver a ver las plantas, arbustos, cañaverales y toda clase de plantas que habían florecido en el lecho de ese rio silencioso, por falta de agua a lo largo de todo el año, que bordeaba su población y que estos últimos días se había embravecido en gran manera de forma que habían sido muchísimos los vecinos que habían salido a ver sus rojas y torrenciales aguas sobre las que flotaban todo tipo de mobiliarios y enseres depositados, tiempo atrás en cualquier lugar de su recorrido. En esos mismos lares, llegó a pasar una nevera, eso sí, gracias a que la puerta había pasado un rato antes pudieron ver que estaba vacía, que no quedaban en su interior ni siquiera un yogur caducado, aunque del congelador no pudieron ver su contenido al tener la puerta cerrada, pero vamos, sin palabras. Justo cuando estaban comentando el incivismo de quien t

En noviembre no hablo de política local

Me encanta el progreso que nos lleva a una sociedad más humana y racional. Una sociedad en la que las personas valgan por lo que ellos mismos valen y no por otros parámetros que apuntan diferencias mínimas como puedan ser el sexo, el color de la epidermis, el pensamiento político o el espiritual. Me ilusiona ver un mundo en el que los inteligentes nos gobiernen porque son capaces de adelantar este u otro país a una posición de prosperidad y futuro vistos con la visión de futuro y no con la estupidez de un trasnochado progresismo. Me gusta un mundo hecho por las personas y para las personas que se sientan personas y que, estas, tengan sentimientos de personas y no que escondan su realidad en una falsa evolución de la humanidad hacia espacios torpes e inútiles llenos de falta de creatividad y de inutilidad sensitiva hacia los demás. A veces, pienso y no concluyo nada; y es que llegar a conclusiones es muy complicado y difícil. Pienso, digo pues, que la ordinariez se apodera de nues