joan llido

Hoy comienza la edicion 2012 del Arenal Sound de Burriana.Hoy comienza la gran fiesta en la playa de nuestra ciudad y, también, se inician cinco días de música en los que el buen ambiente fuera la nota dominante y mi deseo es que todo salga a pedir de boca, que todos ganen mucho dinero y que a las arcas municipales les cueste lo menos posible, cosa que no será poco, porque las negociaciones son las que son y los negociantes los que hemos tenido. Me gusta la música, incluso diría que soy un melómano, tengo pocos momentos sin música, como no sea aquellos que quiero escuchar mi corazón algo que considero imprescindible para recordarme quien soy, lo que quiero, lo que busco y al mismo tiempo algo que no hago con la asiduidad que debería con el objetivo de redireccionar mi vida. El objetivo de este artículo no es hablar de mi o de mis sensaciones, sino escribir lo que pienso de lo que sucede a mi alrededor y en este caso es el festival al que van a acudir miles de personas y espero

Visto lo visto, es normal que “el carro vaja per el pedregal”. Me estoy refiriendo a nuestro Magnífico que con una deuda que de ser el estado nos hubiera rescatado ya la Unión Europea, la señora Merkel, Bruselas, Hamburgo y hasta Andorra no repara en gastos ni es capaz de contener el gasto de algunas cosas, incluidas las fiestas. No estoy en contra de la fiesta de los toros, aviso. Estoy a favor de esta tradición, del movimiento que conlleva, del ambiente que supone para una ciudad o pueblo, pero con la que está cayendo, con el déficit que tiene el consistorio burrianense, con la deuda con los bancos, con los proveedores y con todo bicho viviente, que las peñas paguen quince toros y que el Ayuntamiento pague cinco, es una vergüenza. Me explico. Si las peñas tienen a bien pagar quince toros, me parece extraordinario, pero que a estos quince el Ayuntamiento añada cinco, es realmente un poco o un mucho vergonzoso, máxime cuando hay tantos agujeros que tapar, pero eso a quienes nos

Mucho se habla, estos y otros días, de la situación que vivimos, del nerviosismo de la sociedad, de la economía, de los funcionarios, de las farmacias y un largo etc. de cosas que están producidas por una situación de crisis que, además de afectar a los bolsillos, nos está afectando a la cabeza. Se habla de las medidas adoptadas o para adoptar y cada uno llegamos a una conclusión. Hay quienes hablan del funcionariado; otros de los políticos; otros del estado del bienestar y los más finos y “enteradillos” hablan del estado de las autonomías como el origen de todos los males y, desde mi punto de vista, creo que están equivocados. Unos descalifican a los funcionarios, pues bien, como en botica hay de todo los hay rácanos, pero también hay muchos que son buenos, sin embargo quienes los dirigen, es decir los alcaldes de cada población, venidos a políticos, hacen una gestión muy mala del personal y de los recursos. Otros achacan el origen de los males en la ciudadanía con aquello d

Es la primera exclamación que se me viene a la cabeza tras leer que el Museu de la Taronja de Burriana se ha quedado sin luz, con lo cual las visitas quedan reducidas a la nada y con ello es el cierre del mismo al no poder recibir visitantes y mientras tanto, nadie se inmuta. Pero, ¿Quién es el que tiene que inmutarse? El Patronato sigue sin tomar el toro por los cuernos, el Ayuntamiento más de lo mismo y una ciudad que pretende ser turística se queda sin uno de sus principales reclamos, el único museo de su especialidad existente en Europa. El cúmulo de despropósitos llevados a cabo en los últimos años en el Museu de la Taronja han llevado a esa institución a una situación difícil de reconducir y que no es más que la política de dejadez de los diferentes gobiernos municipales y del resto de instituciones que conforman su Patronato integrado por Generalitat, Ayuntamiento y Diputación, entre otros patronos. La falta de presentación de justificantes en algunas instituciones, por part

Hay temas que no son cuestión de cantidad sino más bien de calidad y eso viene al hilo de la medida adoptada de reducir un 30% el número de concejales de los ayuntamientos y es que no por ser menos, nos va a costar menos y van a ser más eficaces; visto lo visto, vamos de mal en peor. La medida, que entrará en vigor a partir del 2015, vamos a ver como estaremos para entonces, tiene la pretensión de ahorrar dinero, pero una cosa no conlleva a la otra, entre otras cosas porque hay quien, seguramente, pensará que a partir del 2015 al ser menos, salen a más ya que, después de la experiencia de los últimos años, el expolio realizado ha sido sustancial y al tener lo mismo el reparto es más sustancial. Imaginemos una población de 30.000 habitantes, con 21 concejales, a partir de entrar en vigor la Ley que se apruebe, tendrá 15 concejales y yo me pregunto en qué se diferenciará un pleno del otro; la respuesta es sencilla, en el número de sillas ocupadas y en el de personas que votarán

Somos muy poco dados a la medicina preventiva en ninguna de nuestras facetas cotidianas, ni siquiera en temas de salud y eso, lo pagamos continuamente en muchos casos. Recientemente, y para desgracia nuestra, hemos padecido unos desgraciados, inoportunos y no se si inmerecidos incendios en nuestras comarcas y al decir nuestras, me refiero, no solo a las comarcas de Castellón, sino también a las de Valencia, que , al fin y al cabo, son también nuestras, aunque las divisiones provinciales nos hagan creer, a veces, lo contrario de la realidad, porque , al fin y al cabo, cuando hablamos de temas medioambientales, como decía el anuncio de la DGT , todos estamos interconectados. Muchas, demasiadas hectáreas quemadas; muchos esfuerzos inútiles puestos para una causa innecesaria y muchos esfuerzos realizados sin que se tuviera necesidad de haber hecho lo que tocaba cuando tocaba, es decir en otro tiempo y es ahora cuando llega el momento de decir esa frase que tanto hemos oído estos dí